Nuevamente la inexistencia se cree en condición de presentarse como figura humana. una muñeca, una estúpida muñeca inanimada, un pedazo de tela, plástico y elementos sin vida reunidos en maquiavélico complot me demuestran con crueldad astuta el sinsentido de buscar un sentido. lo mejor o lo peor de todo es que parece ya no doler. si en algun momento le da por despertar, la legendaria de la torre no va a dejar huella de energía vital en las esquinas de esta incierta situación. duele pensar en las posibilidades. se esconde el dolor detras de -ya no tan efectivas- artimañas aprendidas de aquellas musarañas.