Un sabor a cadáver en la boca, sangre, muerto, un sabor a ganas de matar, un matar con ganas de acabar, un acabar con ínfulas de satisfacción, una satisfacción casi orgásmica, pero antes que nada un desesperado sabor a destrucción, para ver si se quita la mancha ácida de una sencilla contradicción mal encaminada. Vocecita chillona de una masa de grasa que rueda por este planeta, en su deforme pestilencia, engendrada de pestilente asco y descerebrada zorra, interfiere y fastidia. Huele a dolor el ambiente, huele a dolor su propio ser, pero su sufrimiento no es válido… por lo que se hace mas vil su sentir y todo lo que se relacione.
2 Comments:
Una vez más, siento que te quedaste con la mitad del aire en los pulmones.
mis respetos...
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